17 de junio de 2012

Abre los ojos

Un día más, y ya van 169. Hoy es un día como otro cualquiera pero con una diferencia, hoy es san Ismael. Será por eso que te despiertas a las 6:00 am sin ganas de dormir, será por eso que te pones a realizar todas las tareas que no habías hecho un mes antes, será por eso que piensas en el sentido de la vida, el sentido de la oportunidad y será por eso que quieres llevarlo a la práctica.

Una casualidad, un destino, suerte. Te levantas, ves el amanecer, oyes cantar tras la ventana a unos pajarillos y tienes unas ganas horrorosas de comerte el mundo. Olvidado el pasado, ya es hora de centrarse en el presente. No has llegado tarde, todavía tienes tiempo, restan 15 días.

Te despiertas en la noche y abres los ojos en la oscuridad como si fueras a encontrar un pequeño haz de luz, cuando lo único que llegas a alcanzar es el pilotito rojo de la pantalla. Pones la radio y oyes que están hablando de dietética, sobre la mejor forma de llevar una vida saludable y sana.

No estás por la labor de quedarte en la cama perdiendo el tiempo como tantas y tantas mañanas. Te afirmas a ti mismo que para estar tumbado, mejor estar currando. Cascos a la cabeza y te pones a arreglar el cuarto como loco. Te duchas, te vistes, apuntes y para la sala de estudio cuando aún no son ni las 8:00 am.

Entonces se empezó a hacer de día y… un momento. Una de estas que termina la canción que estás escuchando, y oyes los pájaros cantar. Te sientas lentamente en esa cama ya hecha y acercas la mirada poco a poco a la ventana. El sol comienza a salir, y empiezas a realizarte una serie de preguntas retóricas sin saber que la respuesta la tienes en tu interior. No se trata de convencerte a ti mismo, sino de escuchar, aprender y reflexionar.

Pues bien, esto es un despertar un 17 de junio. Un día que te levantas con la única opción de aprobar para tus exámenes; un día que por no tener sueño, pulsas el botón ON de la radio para oír sobre dietas, no es casualidad cuando uno de tus mejores amigos está estudiando dietética; un día que paras la música para oír una melodía tras la ventana; un día que no paras un instante para mirar en el atrás, sino que piensas en el hoy y en el mañana.