Un cuento, una historia, algo que fue cosa de dos. Tiempo atrás cuando intentábamos pero no podíamos, cuando queríamos pero no nos dejaban, cuando algo nos unía y a la vez nos separaba. Largas conversaciones mezcladas con el aroma de tu perfume saboreadas por la brisa de tu aliento. Todo bien hasta que se convierte en pasado, un pasado que nunca buscó hacer frente al futuro.
Ahora, tu por allá, y yo por acá, pero el presente nos sigue persiguiendo. Lástima cuando escuchas a alguien decir seguir intentándolo sólo empeora. Yo le diría a esa persona, que hay maneras y maneras de seguir intentándolo, pues ante todo están las formas, el respeto y la educación. Dicho esto, podemos afrontar nuestro presente con más fuerza para un posible mañana gris.
El mañana, algo que nunca sabremos lo que ocurrirá, aunque los dos queramos que ocurra lo mismo. Lo siento, pero me niego a caer porque ellos me lo digan, me niego a rendirme ante unas simples palabras y me niego a tropezar otra vez. Hubo un tiempo en el que lo tuve en mi mano y se me escapó, juro que lucharé por conseguir aquello que fue mío un día y que nunca tuve en mi palma.
A veces te quedas sin fuerzas y necesitas esa señal que te guíe el camino, esa luz que te ilumine el túnel y sepa que sigues ahí, algo que me ayude a caminar.

